


Mentoría privada
¡Hola!
Soy Andrey Ávalos:
Me gustaría contarte un poco de mi, espero que seas una persona con deseos de emprender, quiero que sepas que me gusta disfrutar de la naturaleza, contar historias y soy amante de los buenos momentos. Me gusta rodearme de esas personas emprendedoras para compartir y absorver las buenas historias de superación.
A continuación leerás parte de mi Storytelling...

Hoy te quiero contar parte de mi historia y es que vivo realmente agradecido por este camino que poco a poco fue presentandose en mi vida. sin lugar a duda me siento
agradecido con Dios, por presentarme en mi vida e ir poniendo en mi camino a todas esas personas increibles que sin duda el puso para hacerme un hombre extraodinario, pero a mis inperfecciones. Menciono a Dios por lo que ha estado presente en todo momento, llevo varios años pidiendole dirección y hoy al hacer una pausa, me doy cuenta que siempre ah estado a mi lado. He aprendido que nunca seré perfecto, pero que con su ayuda podia ir cambiando cosas que me hacian daño fisica, mental y espiritualmente, gracias a ello fui aprendiendo muchas habilidades en el mundo gatronómico y digital, gracias al esfuerzo y dedicación que empezé a invertir, inicié un emprendimiento turistico del cual no me dió muchos frutos económicos pero si en experiencia y conocimiento como lanzamientos digitales, gracias a Mochileando Fortuna pude aprender muchas habilidades digitales, luego de ese aprendizaje pude colaborar con Yorlene Picado, emprendedora y empresaria de La Fortuna. Gracias a ella forme una empresa de Marketing Gastronómico. Todo ah sido gracias a Tutoriales y Blogs de horas y madrugadas en Google, YouTube y ahora TikTok.
"PEDID Y SE OS DARÁ"
(Mt 7-11 )
Siempre supe que Dios tenía algo especial para mí… ¡y hoy entiendo que ese “algo” es el presente!
Mi viaje como emprendedor comenzó desde mis días en la escuela, donde aprendí los valores del trabajo duro, la responsabilidad y la perseverancia. Recuerdo vívidamente cómo, en un esfuerzo por recaudar fondos para nuestro viaje de fin de año, nos asignaron la tarea de vender chiriviscos (helados) y galletas. Sin saberlo, ahí se sembraba en mí la semilla del emprendimiento.
Con el paso del tiempo, mientras aún cursaba la escuela, comencé a trabajar chapiando junto a mi padrino en una finca, acompañado de mi hermano gemelo, ganando 375 colones la hora. Más adelante exploré otros trabajos como la siembra de yuca y ñame, hasta que surgió la oportunidad de trabajar en un supermercado. Ya en el colegio, un compañero me enseñó a hacer pulseras para venderlas a 300 colones. Aprendí rápidamente, innové en colores y diseños, y entendí el valor de ofrecer variedad y exclusividad.
A medida que avanzaba en el colegio, comprendí que la educación formal no era el único camino para mí. Con un aprendizaje empírico y el deseo de adquirir experiencia en el mundo real, tomé la decisión de dejar el colegio. Poco después me trasladé a vivir a Ciudad Quesada, trabajé en un parqueo y, finalmente, llegué a La Fortuna en busca de nuevas oportunidades laborales.
Gracias al apoyo de Roberto Sandoval y de mi tía Hildana Ávalos (quien falleció en 2023), logré iniciar a trabajar en una venta de comidas rápidas en La Fortuna. En ese proceso, Rony Rojas, propietario de Anch’io Pizzería, reconoció mi talento y me dio la oportunidad de crecer profesionalmente como ayudante de salón. Allí comenzó mi aprendizaje del idioma inglés, del servicio al cliente y del trabajo en equipo. Al mismo tiempo, estudié inglés intermedio y me formé en Fundamentos de Mercadeo, Servicio al Cliente, Control de Inventarios, Administración de Establecimientos Comerciales, Técnicas de Negociación y Toma de Decisiones. Posteriormente, obtuve un certificado como Salonero del INA.
Ese camino me llevó a trabajar en Tabacón, uno de los hoteles más prestigiosos de La Fortuna, donde estudié vinos y me consolidé como salonero profesional. Durante esta etapa logré una buena estabilidad económica, lo que me motivó a invertir en perfumería y a inspirar a otros a creer que era posible emprender más allá de un empleo tradicional.
Sin embargo, también enfrenté decisiones inmaduras, falta de educación financiera y una visión enfocada únicamente en lo material. Tras un despido y varios tropiezos personales, comprendí que necesitaba algo más que dinero: necesitaba propósito, dirección y dominio propio. Fue ahí donde entendí que emprender no es solo generar ingresos, sino crear estructura, delegar, liderar y construir algo que trascienda.
En ese proceso conocí a Yorleny Picado, emprendedora local y madre de un compañero de trabajo, quien con el tiempo se convirtió en una mentora clave en mi vida. Sus consejos y apoyo han sido fundamentales, y hasta el día de hoy continúa acompañándome tanto como cliente como mentora.
La pandemia del COVID-19 trajo desafíos, pero también oportunidades. En medio de la incertidumbre y pidiéndole dirección a Dios, decidí emprender nuevamente. Con mi bicicleta recorría las calles de La Fortuna vendiendo productos lácteos como queso, natilla y cuajada. Esta etapa fortaleció mi carácter, me enseñó adaptabilidad y me ayudó a perder el miedo a salir y ofrecer mi trabajo casa por casa.
Con el regreso gradual del turismo, inspirado por Julio Porras y junto a Adrián Alpizar, fundé Mochileando Fortuna, proyecto que me abrió nuevas puertas en el sector turístico y en mi crecimiento personal.
Más adelante, ante la necesidad de contenido audiovisual y sin recursos para pagar a un profesional, compré una cámara y aprendí por mi cuenta a crear videos, fotografías, sitios web y campañas en Facebook e Instagram, entendiendo así el concepto de embudos de venta. En ese proceso, volví a trabajar con Yorleny y su hijo. Sin embargo, la falta de educación financiera volvió a afectarme, lo que me llevó nuevamente a detenerme, reflexionar y buscar dirección en Dios, entendiendo la importancia de prepararme mejor.
Meses después, surgió la oportunidad de administrar las redes de La Cevichería D’Mora, donde ya contaba con el conocimiento en creación de contenido, optimización de redes y posicionamiento. Posteriormente se sumó Doña Flor, quien aportó entrevistas y contenido invaluable al proyecto.
Con experiencia, clientes activos y aprendizaje constante, decidí fundar ToWeb – Marketing Estratégico. Con esta marca consolidada, tuve la oportunidad de trabajar con Alberto Pérez y Mayela Chávez, propietarios de Tiquicia, primero en La Tabernita y luego en el restaurante, convirtiéndose en nuestros clientes más importantes.
Hoy, en 2024, con más de 12 años de experiencia en Alimentos y Bebidas, decidí enfocar ToWeb en el Marketing Gastronómico, entendiendo que el marketing no solo atrae clientes, sino que construye experiencias y fideliza relaciones a largo plazo. Mochileando Fortuna sigue siendo parte de mi historia y visión. Agradezco también a Radio Santa Clara por creer en el proyecto y compartir nuestra historia.
Espero que este relato te ayude a conocerme mejor y te inspire a creer que la transformación es posible. Mi camino no ha sido perfecto, pero sí perseverante. Pasé de vender pulseras a vender estrategias de marketing y experiencias turísticas en La Fortuna.
Hoy agradezco profundamente a Dios, a mi familia, a mis amigos y mentores como Alberto Pérez y Yorleny Picado, quienes nunca se cansan de escuchar y aconsejar. Mi compromiso con ToWeb y Mochileando Fortuna es construir un futuro digno para mi madre, mi hermano gemelo, mis clientes y todas las personas que confían en nuestro trabajo.
Conclusión: Haber trabajado en distintas empresas y emprender más de una vez me ha dejado grandes aprendizajes y resultados. El pasado me formó, el presente me fortalece y el futuro lo construyo con fe, visión y propósito.

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